HABLA SOLO DE LO QUE QUIERES.
Es un reto esta idea. Por cultura y por educación la mayoría habla de lo que está mal y de lo que no quiere.
A veces hasta parecen competencias…
- Sabes, mi mujer me regaño ayer
- Eso no es nada, la mía rompió los platos
- Parece irónico, pero es lamentable
- Hija, no quiero que te rías así
- Mamá, está horrible tu comida
- Si la vida fuera una tienda, diríamos: no quiero huevo, ni se le ocurra darme azúcar.
Y luego gritaremos... ¡QUE! ¿Está tonto?, ¡No quiero eso!, ¡¿Qué le pasa?!, ¡UPS!
“Hablo sólo se lo que quiero“